Por tierras Navarras

Pasear entre campos de cultivo, viendo al viento mecer el trigo formando ondas suaves mientras unas sombras de pequeñas nubes tapan, a retazos, algunos de ellos... Es un espectáculo que disfruto mucho cuando voy a Navarra. Para mi el simple echo de pasear entre el trigo y sentir el aire limpio es algo que me llena de gozo y que donde yo vivo no puedo hacerlo. En cambio para las personas que viven en pueblos de cultivo es un placer a su alcance que envidio de verdad.

Las fotos que he puesto en esta entrada las hice mientras paseaba junto al trigo verde primaveral mientras estábamos siendo amenazados por inquietantes nubes de tormenta, que más tarde descargarían.
El fin de semana de cuatro días fue tranquilo porque parte de él lo pasamos en casa por culpa de la lluvia, pero yo me sentí muy relajada. Mi marido no tanto porque fue a dar una vuelta con la bicicleta (una que tiene en el pueblo, vieja y sin la tecnología de la nueva que tiene aquí) y el pobre acabo con el culete...jjajjaa, no se pudo mover en un dia entero del sillón y eso que está acostumbrado a hacer ejercicio.