Ayer estuvimos en el Ikea y la verdad es que es todo un mundo el ir allí. Nosotros solemos ir cada muchos meses cuando algo nos atrae de verdad porque a mi marido no le gusta nada. Lo primero que hay que hacer es no ir con las dos niñas porque puede ser toda una locura ya que hay muchísima gente.
Mi marido ha identificado a varios tipos de personas que van allí:
1. Las familias con hijos que se llevan hasta la abuela para pasar el día (ya que puedes incluso comer allí, en el restaurante, por un módico precio.
2. Los que miran las musarañas. Seguro que te topas con alguno que va mirando el techo preguntándose de qué está echo
3. Luego tenemos a las parejas que miran de todo pero al final no se compran más que algún plato en la planta de abajo.
4. Los hombres solos que compran para su primer piso y como tienen que pagar la hipoteca u alquiler y no les queda mucho más de dinero, se dedica a amueblar la casa a lo baratillo.
5. Luego están los que entorpecen el paso. (de esos que los hay por todos lados).
¿ Y yo cual soy? Pues supongo que al principio era de los del punto 3, luego pasé al 4 pero espero nunca llegar al punto 1.
Para los interesados en el IKEA: han puesto unas cajas rápidas donde lo tienes que hacer todo tú, pasar el escáner por los artículos y luego introduces la tarjeta de crédito en el lugar indicado, pero siempre bajo la supervisión de una cajera ya que hay que comprobar si la tarjeta de crédito es tuya.
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