martes, 21 de diciembre de 2010

Entrada 300



Hola,
No he podido evitar poner unos globito para celebrar mi entrada número 300.
Nos acercamos ya a Navidad, y parece ayer que aún llevábamos puestas las camisetas de manga corta. Pasa el tiempo que uno no se da ni cuenta, es increíble. Mis hijas celebran esta semana el Caga Tió, una tradición típica catalana, no es que a mi me guste mucho que los chiquillos le den con unos bastones a un trozo de madera con ojos pero la ilusión que tienen los niños no tiene precio. Se tiran una semana dándole comida para que les eche muchos regalos, lo tapan con una manta para que no tenga frío. Mi hija pequeña está muy ilusionada con darle de comer. En casa no solemos hacerlo pero en el colegio sí y me parece bien porque es una tradición aunque en vez de darle bastonazos podían ser caricias ¿no? He buscado en la wikipedia la historia del caga tió:

Un tronco que, al quemar, daba bienes tan preciosos como el calor y la luz, y que de forma simbólica ofrecía presentes a los de la casa: golosinas, barquillos, turrones. Aún podemos encontrar, en los pueblos, casas en las que el "tió" es un gran tronco que se pone a quemar en el fuego de tierra unos días antes de Navidad.

A partir de ésta forma más primitiva el "tió" evoluciona: El "tió" es un tronco mágico que un día cercano a la víspera de Navidad, el 24 de diciembre, llega a casa llamando a la puerta. Quien esté en casa le abre y hay que cuidarle, taparle con una manta para que no pase frío y darle de comer hasta el dia 24 por la noche, momento en que se "caga el Tió". Posteriormente, como en las ciudades la gente lo tenía más difícil para adquirir un tronco, y porque de todo se puede hacer negocio, se empezaron a vender "Tions". Todos los que se venden son mas o menos iguales: suelen llevar una barretina, tienen una cara sonriente y muy a menudo también dos patas delanteras. Originariamente, ninguno era igual porque simplemente era un tronco grande al que un adulto le pintaba una cara como quería.


2 comentarios:

Cristina dijo...

¡Felicidades por las 300 entradas! Y que haya muchas más, ¿eh?

Para mí, que vengo de "fuera", lo del tió es una tradición que me hace mucha gracia (en el buen sentido). Me parece muy divertido eso de darle de comer y luego apalearlo con la cancioncilla esa. Como tradición me parece excelente, la verdad.

Yo tengo un minitió en mi escritorio. No le doy de comer nada al pobre pero siempre suele cagar alguna cosilla... (y sin apalearlo ;))

Amelia dijo...

jajajaa, es que eso de apalearlo es algo muy poquito fuerte no? pero bueno, es una tradición que no hace a nadie mal y los niños disfrutan mucho.